Los espacios cerrados suponen uno de los grandes focos de contagio del coronavirus debido a su propagación a través de las partículas de aire, que se concentran especialmente en espacios vacíos.
La crisis sanitaria ha traído consigo una serie de 'gadgets' a los que antes no estábamos acostumbrados. Mascarillas, guantes o geles hidroalcohólicos se han convertido en productos indispensables en el día a día, y a estos se podrían sumar los purificadores de aire. Especialmente, en espacios como los colegios.
Uno de estos nuevos productos para prevenir posibles contagios son los purificadores de aire. Pero no cualquier tipo: los más válidos son los que utilizan un filtro HEPA -acrónimo de alta eficiencia de las partículas del aire, por sus siglas en inglés- que filtran hasta el 99,7% de las partículas, según datos de la Agencia de Protección Ambiental de EEUU.
Demostrada que la transmisión del coronavirus también se lleva a cabo a través de aerosoles, es decir, de forma aérea, la purificación del aire se antoja vital en la vuelta del curso escolar. El investigador José Luis Jiménez, experto en aerosoles de la Universidad de Colorado, señaló en el último programa del periodista Íker Jímenez en Youtube, La estirpe de los libres, los riesgos de esta transmisión. "La evidencia es apabullante, el virus se transmite por aerosoles, y si nos queremos proteger de manera inteligente, nos tenemos que proteger de los aerosoles".
Los purificadores del aire extraen las partículas del aire gracias a un filtro que elimina las partículas con bacterias y virus, reduciendo casi al completo las probabilidades de que se propaguen. Su uso se había generalizado para limpiar ambientes viciados, algo muy habitual en un piso en el que conviven fumadores, aunque la emergencia sanitaria podría disparar sus ventas.
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